LA FAMILIA ADICTIVA (III)
17 de mayo, 2014
en Blog
HOMEOSTASIS … CONTINUACIÓN
Por ello, comprender la naturaleza del problema y su función dentro del sistema familiar, es de capital importancia para formular estrategias de intervención en familias que viven la adicción.
La persona adicta (la oveja negra) es quien porta el síntoma de una disfunción familiar encubierta por las consecuencias de su adicción. Obligando a la familia a realizar un control permanente sobre ella, pese a que resulte evidente la ineficacia de ese control.
Es de este modo, como se provoca un desplazamiento del terreno de juego en el que se dirimen los conflictos familiares y se posibilita la postergación o negación de otras problemáticas existentes.
El modelo de la familia adictiva parte de un proceso cíclico que implica a tres o más personas, generalmente la Persona Adicta y sus padres que sobreviven en un cierto equilibrio. Un extraño equilibrio. Cuando ese «equilibrio» es «amenazado«, por algún conflicto inter familiar, la Persona Adicta incrementa su conducta adictiva de todas las maneras posibles para que la atención se focalice sobre ella.
Esto consigue efectos apaciguadores sobre el conflicto iniciado y sus protagonistas, quedando éste aplazado, a la espera de que se produzcan cambios en la conducta de la Persona Adicta. Una vez que ha conseguido que la atención se desvíe del conflicto hacia ella, la Persona Adicta disminuye la presión de su conducta y se muestra más colaboradora. Cuando eso ocurre, los protagonistas del conflicto se van quedando a solas con él de nuevo, dando continuidad al ciclo.
Desde esta perspectiva, el comportamiento de la Persona Adicta cumple una función de mantenimiento del «equilibrio homeostático» en el sistema familiar(discutid sobre mí para que no lo hagáis por otras razones). Debido a este falso equilibrio, se van desarrollando dinámicas estresantes por causa de las conductas irracionales e impredecibles (enfermas) de la Persona Adicta. La familia se va adaptando a estas situaciones, el sistema va enfermando y el ambiente familiar, a su vez, genera cambios emocionales en todos sus integrantes.