El proceso adictivo y su rehabilitación (XVIII)
24 de julio, 2014
en Blog
DISTORSIONES DEL PENSAMIENTO.
Las distorsiones del pensamiento propias de la adicción, son las generadoras de producir sufrimiento psicológico, de modo que podamos justificar el consumo de sustancias o conductas adictivas para aliviar ese dolor de manera patológica. Sumadas a la negación y al autoengaño, estas distorsiones, tienden a facilitar el proceso adictivo y nos desapegan de nuestra propia enfermedad.
Todas ellas provienen del sistema de creencias adictivo que conforma la raíz del desorden en el plano mental. Para poder rehabilitarse de la adicción es necesario detectar y cambiar dicho sistema.
CLASES DE DISTORSIONES DEL SISTEMA DE CREENCIAS ADICTIVO:
· CATASTROFIZACIÓN. Asignamos categoría de catástrofe aún al más leve inconveniente de la vida personal. Una manera de auto-sabotearnos con el fin de justificar el consumo o la conducta. Se desarrolla con el fin de asumir el papel de víctimas frente al mundo.
· MORTIFICACIÓN. La preocupación permanente ante cualquier problema de la vida cotidiana, haciendo de ella una constante de ansiedad y sufrimiento que utilizamos como justificantes para continuar con el consumo o la conducta.
· RIGIDEZ. Dificultad para abrir la mente y considerar otros puntos de vista. Nos aferramos a nuestras percepciones con una fuerza tal, que hacemos la comunicación imposible, sobre todo en cuanto haga referencia al consumo y el comportamiento adictivo.
· CONTROL. El miedo es la emoción fundamental en la personalidad adictiva y para manejarlo, dado que muchas veces es desproporcionado y disfuncional, desarrollamos relaciones basadas en el control interpersonal. Naturalmente esto intoxica las relaciones y muchas veces termina produciendo violencia.
· PENSAMIENTOS EN BLANCO Y NEGRO. Otro fuerte componente de la personalidad adictiva que dificulta la comprensión mutua y proporciona juicios severos a nosotr@s y a otr@s.
· IMPACIENCIA E INTOLERANCIA. Desarrollamos una marcada intolerancia que nos lleva a actuaciones impulsivas siguiendo la regla de «quiero lo que quiero, cuando lo quiero y como lo quiero».
· SOBERBIA Y GRANDIOSIDAD. La personalidad adictiva nos devuelve a la adolescencia, haciendo aflorar muchas veces conflictos no resueltos con la autoridad y conductas de reto permanente, lo cual es debido a una hipertrofia del ego como compensación al deterioro en la autoimagen que se produce por el impacto de la adicción.
ALCOHÓLIC@S Y ADICT@S EN REHABILITACIÓN GIPUZKOA
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