proceso adictivo Aergi

El proceso adictivo y su rehabilitación (XIX)

EL CICLO ADICTIVO

Hemos descrito que el ciclo de la adicción nos conduce a una profunda trampa. Veamos más de cerca el ciclo adictivo y qué sucede cuando quedamos atrapados en él.
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·        GRATIFICACIÓN A CORTO PLAZO. Es el primer «regalo» de la sustancia: la gratificación inmediata. Hace que nos  sintamos bien en poco tiempo llegando a creer que la droga y las sensaciones que nos provoca son buenas para nosotros.
·       SUFRIMIENTO A LARGO PLAZO Y DISFUNCIÓN. Es el resultado  lógico de la gratificación a corto plazo. Parte de este sufrimiento es la supresión física(SA), y otra la incapacidad para enfrentarnos psicológica y emocionalmente a la vida sin drogas, como consecuencia del consumo adictivo.
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·        PENSAMIENTO ADICTIVO. El sufrimiento a largo plazo y la disfunción provocan el pensamiento adictivo. Comienza con la OBSESIÓN Y COMPULSIÓN por la droga. La obsesión, como pensamiento continuo sobre los efectos positivos del uso. La compulsión como urgencia o necesidad irracional de consumir para obtener el efecto positivo del consumo, aun sabiendo las consecuencias dañinas del mismo. El Pens. Adic. nos conduce a la racionalización y a la negación para continuar consumiendo, a la incapacidad para reconocer que existe un problema y a proyectar la culpa sobre situaciones o personas por los problemas que nos genera el consumo.
·        INCREMENTO DE LA TOLERANCIA. Sin ser conscientes de ello, necesitamos más cantidad de droga para conseguir los mismos efectos que antes con menos.
·        PÉRDIDA DE CONTROL. La obsesión y la compulsión se vuelven tan fuertes que no podemos pensar en otra cosa. Los sentimientos y las emociones se distorsionan por la compulsión, generándonos estrés e incomodidad hasta que finalmente la necesidad de consumir es tan fuerte que no la podemos resistir. Una vez que consumimos comienza de nuevo el ciclo.
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 · DAÑO BIO-PSICO-SOCIAL. Se produce daño biológico, psíquico y en las relaciones interpersonales en todas las áreas de la vida de manera progresiva. El estrés y el sufrimiento empeoran por la compulsión por consumir y el comportamiento para aliviarlos, desarrollando una trampa mortal. Necesitamos del consumo adictivo para sentirnos bien, pero cuando consumimos nos dañamos física, psíquica y socialmente. Este daño incrementa el sufrimiento y éste a su vez la necesidad del consumo.