El tercer nivel es la fase crónica de la enfermedad. En él aparece el deterioro físico, psicológico, de comportamiento, social y emocional. Todos los sistemas orgánicos pueden estar afectados en este nivel. El cerebro, el hígado, el corazón y el sistema digestivo son los peor parados.

En esta fase, hacemos cosas que normalmente en nosotros serían impensables. Comenzamos a estructurar nuestra vida para protegernos del consumo, pero no sabemos bien cómo.

Hacemos promesas que no cumplimos, olvidamos nuestros compromisos, mentimos, todo con el objetivo único de poder volver a consumir. Aparece el aislamiento ya que nuestros amigos y familiares no soportan nuestro comportamiento.

La vida se convierte en una necesidad permanente de consumo. Todo gira en torno a él.