58 CÓMO DEJAR EL ALCOHOL Y VIVIR SIN ÉL 1

 RAZONES DE UN COMIENZO.

En aquell@s que, en un momento dado, nos situamos en la posición de “querer, querer» dejar de beber se nos plantean muchas incógnitas y más molestias y dudas. Frases como “vivir sin beber”, “permanecer abstemi@s” o “el beber alcohol te hace daño”, nos ofenden, pues nunca habíamos considerado que tal cosa fuera posible.
Querer querer, hacer cualquier cosa es un estadio previo al de querer plenamente, con un deseo claro y vehemente de hacerla. Dar un paso firme en el sentido de posibilitar esa situación. Para querer dejar de beber es necesario superar ese estadio previo. Los argumentos en cuanto a continuar bebiendo suelen ser más sólidos que los contrarios, ya que nos encontramos con que cualquier alusión sobre nuestra manera de beber o sobre el alcoholismo nos resultaba tremendamente ofensiva. De hecho, del alcoholismo, no queríamos ni oír hablar.

Ciertamente much@s de nosotr@s habíamos bebido en exceso, pero eso no significaba que tuviéramos problemas con el alcohol, más bien creíamos lo contrario. Beber era nuestro hábitat natural. Pocas veces nos veíamos borrach@s, dando tumbos, vomitando o generando conflictos por nuestra manera de beber. Eso era cosa de otr@s.
Conocíamos a muchas personas que eran incapaces de tomar un par de tragos sin sentirse mal o hacer estupideces. Nosotr@s no éramos de esa manera. Bebíamos en soledad sin molestar a nadie, o en compañía sin que se nos “notara” que lo hacíamos en demasía. Todo el mundo tenía derecho a “relajarse tomado un par de copas”. Eso no tenía nada de malo. Por lo tanto nos parecía insultante que nos hablaran de “permanecer abstemi@s” cuando todo en la sociedad nos indicaba que tomarse unos tragos era signo de “normalidad”. ¿Quién nos iba a decir que éramos anormales? Sin duda era ofensivo.
¿Qué necesidad había de ser tan drástic@s?


Sin embargo, la realidad, se mostraba una vez tras otra obstinada y diferente a lo que nosotr@s entendíamos. Más tarde que pronto tuvimos que admitir, tras conocer algo más sobre el alcoholismo, que no todo era lo que parecía en cuanto a nuestra manera de beber. La ciencia médica aún no explica con claridad la causa, pero millones de personas (unos 140 millones en el mundo), tenemos problemas para controlar el alcohol. Los expertos médicos nos aseguran que una sola copa conduce al bebedor/ra problema, a muchas dificultades. La experiencia de millones de alcohólic@s lo confirma.
Por eso, la abstención total, se ha convertido en la base de recuperación del alcoholismo. Hay vida más allá del alcohol, aunque eso nos pareciera imposible. Se puede vivir sin alcohol, y se puede vivir muy bien. De hecho es muchísimo más fácil vivir sin él, que vivir bebiendo. Y, evidentemente, mucho más saludable.



Según diversas Asociaciónes Médicas, “el alcohol, aparte de sus cualidades adictivas, tiene también un efecto psicológico que modifica el comportamiento y el razonamiento. Una sola copa puede cambiar la mentalidad de un@ alcohólic@, en el sentido de cree poder tolerar otra, y luego otra, y otra…”
El alcohólic@ puede aprender a controlar completamente su enfermedad, pero no conseguirá “curarla” nunca, en cuanto a que pueda volver a ingerir alcohol sin consecuencias adversas.




Para nuestro asombro, la abstención continua, no resultó ser la experiencia desoladora y triste que habíamos imaginado. Aquello que, mientras bebíamos se nos antojaba un completo sin sentido, resultó ser una experiencia fascinante, preferible a todo lo anterior.
tfnos: 943 37 42 90 – 688 86 15 51
Alcohólic@s y Adict@s en Rehabilitación Gipuzkoa