17. LAS 12 TRAMPAS: 10ª TRAMPA: SUSTITUCIÓN DE UNAS SUSTANCIAS POR OTRAS O POR CONDUCTAS ADICTIVAS.

SUSTITUCIÓN DE UNAS SUSTANCIAS POR OTRAS O POR CONDUCTAS ADICTIVAS

TRANSFORMARSE PARA NO CAMBIAR.

Quienes conseguimos abandonar nuestras adicciones más preocupantes, o que más daño creemos que nos ocasionan, pero continuamos dependiendo de otras sustancias o nos desviamos hacia las conductas adictivas, hacemos justamente eso, transformarnos para no cambiar. Dejamos de consumir o actuar adictivamente con la promesa de un cambio, y nos quedamos en una transformación superficial dejando que casi todo siga igual. Esto, en el fondo, es no dejar nada. En el argot «alcohólico» es tapar la botella. Es otra de las formas de la «borrachera seca» que no sirve absolutamente para nada, porque con ese tipo de comportamiento estaremos más cerca del retorno al consumo o la conducta que alejándonos de él.

Para que una persona con adicción se recupere de verdad y consiga una abstinencia verdadera o total,  es imprescindible que deje de consumir cualquier tipo de sustancia o conducta adictiva, que cambie de ambiente, de hábitos, de «amigos», y de todo aquello que haga falta. Hasta de trabajo, si es preciso. (Si fuera una persona con cáncer, nadie lo cuestionaría).

Es muy importante saber que las personas que padecemos adicciones somos «químico-dependientes». Nuestras tendencias adictivas nos llevan a sustituir unas sustancias por otras debido a una necesidad innata. Tenemos una alteración neuroquímica cerebral que se manifiesta mediante un trastorno adictivo y lo mismo da unas sustancias que otras. Otro tanto nos sucede con las conductas adictivas.

La Biopsiquiatría moderna ha desarrollado una hipótesis basada en las últimas investigaciones sobre genética y neuroquímica cerebral, que es el Síndrome de Recompensa Cerebral. Según ésta teoría, las personas que padecemos adicción, tenemos un defecto genético que provoca que nuestro cerebro produzca una menor cantidad de neurotransmisores, como la Dopamina, que es el principal encargado de estimular el Centro de Recompensa Cerebral. Quienes tenemos este defecto, y por lo tanto una menor producción de Dopamina, necesitamos  consumir sustancias o llevar a cabo determinadas actividades que provoquen un aumento de esta  y  de neurotransmisores afines.

Al consumir sustancias o actuar adictivamente, sentimos un efecto placentero muy intenso, lo que nos lleva a depender de él de una manera patológica. Por lo tanto, las personas adictas, no deberíamos pensar que nuestro único problema es la adicción principal, sino que la verdadera enfermedad que padecemos es nuestro trastorno adictivo que radica en nuestro cerebro enfermo y que la tendencia a sustituir una droga por otra está siempre al acecho.

Cualquier cosa que nos produzca placer un día, genera en nosotros, automáticamente, la necesidad de repetirla al día siguiente.

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Alcohólicos en Rehabilitación Gipuzkoa
 


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