14. LAS 12 TRAMPAS: 7ª TRAMPA: DEPRESIÓN.

LA ENFERMEDAD INVISIBLE: ESA AGONÍA INTERMINABLE.

La enfermedad de nuestra era. La enfermedad invisible. Mucha de la gente que la ha padecido, es o ha sido consciente, de soportar una de las enfermedades crónicas más desgastantes e incapacitantes que existen.

Alrededor del 60% de las personas adictas padecemos alguna forma de depresión que no se cura con la abstinencia. De hecho, la mayor parte empezamos a consumir o a actuar adictivamente para escapar de ella.

 

Las personas adictas con tendencia depresiva, que estamos en rehabilitación, presentamos una alta probabilidad de padecer episodios depresivos severos. Diferentes estudios sobre comorbilidad reportan entre un 30 y un 70% la coexistencia entre adicción y depresión.

Una buena parte de las sustancias y las conductas adictivas enmascaran la depresión, y quienes las hemos consumido patológicamente, aún después de haber conseguido la abstinencia y habernos estabilizado aprendiendo a afrontar nuestra realidad y no evadirnos de ella, podemos tener que superar repetitivamente cuadros depresivos debido a la propensión que tenemos hacia ellos.

La depresión es un fenómeno disruptivo, un padecimiento psicológico que impide disfrutar plenamente de la rehabilitación. Se define como «un estado mental caracterizado por una baja generalizada del estado de ánimo, asociada a una disminución y lentificación de la actividad desarrollada por la persona, así como una marcada incapacidad para disfrutar las cosas de la vida, dentro de un marco de tristeza y desmotivación existencial«.

Cuadro este, que podemos apreciar cuando, en plena rehabilitación, nos debatimos entre la inseguridad de confiar en la fuerza del grupo de apoyo y las nuestras propias para salir del pozo sin fondo de la depresión , o por dejarnos llevar por la lástima propia, regodeándonos en un estado de autoconmiseración en el que, lo aceptemos o no, la mayoría de las veces estamos a gusto. Según parece, hay quienes la única manera que conocen de sentirse viv@s, es padecer y ser compadecid@s.

 

Es nuestra debilidad la que nos lleva en esa dirección, a veces no podemos evitarlo, pero tampoco podemos permanecer en ese estado si la pretensión es alcanzar el equilibrio psicoemocional. Las energías que desperdiciamos en el padecimiento de la depresión debemos canalizarlas en lo que más nos conviene, que es precisamente lo contrario. No podemos permitirnos el lujo de derrocharlas de manera tan infame. Crecer, madurar emocionalmente, no es precisamente cómodo, ni nadie nos dijo que lo fuera.

Por tanto, la elección debe ser clara. Cada cual es libre de seguir regocijándose en su propia miseria, pero habrá que entender que pretender ser contemplad@ en ese estado de lástima, no sirve para nada.

Al final, como venimos haciendo o padeciendo desde el inicio de nuestra trayectoria adictiva, tendremos que quedarnos a solas con nuestra agonía depresiva hasta tocar fondo o tomar de una vez la mano tendida, aceptando la ayuda que se nos ofrece y la responsabilidad que nos corresponde en ella o, lo contrario, claro está, y seguir bajando.

 

tfnos: 943 37 42 90 – 688 86 15 51
Alcohólic@s y Adict@s en Rehabilitación Gipuzkoa

 

 


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